top of page

EL LAGARTO DE LA CATEDRAL

En el Patio de los Naranjos de la Catedral de Sevilla se encuentran colgados en una de las vigas del techo 3 objetos: un cocodrilo de tamaño natural, un bocado de caballo y un bastón de mando.

Por el año 1.260, el sultán de Egipto envió una embajada al rey Alfonso X el Sabio para pedir la mano de su hija Berenguela. La embajada trajo diversos presentes, entre ellos: un hermoso colmillo de elefante, un cocodrilo del Nilo vivo y una jirafa domesticada con su montura, su freno y bridas.

El rey castellano rechazó la petición de mano de su hija, devolvió la embajada cargada de buenas palabras y de regalos para el sultán, y aquí quedaron el cocodrilo y la jirafa. Pasado el tiempo, y muerto el cocodrilo, se disecó, y su piel rellena de paja fue colgada del Patio de los Naranjos junto con el freno de la jirafa.

Años después, se colgó como recuerdo la vara del embajador castellano que regresó de Egipto.

El cocodrilo actual está tallado en madera por autor desconocido y se estima del siglo XVI. Por su tamaño y por haber estado forrado de tela que al partirse y desde abajo, daba la impresión de ser piel a jirones, popularmente en Sevilla siempre se ha creído que el animal era auténtico y estar disecado. Hoy en día sólo se conserva la estructura restaurada del animal en madera, popularmente llamado “lagarto” por no conocerse en aquel momento espécimen mayor que dicho animal y dando nombre tanto a la nave del patio que lo contiene como a la puerta de acceso desde el exterior a dicha parte del patio.

Es uno de los objetos populares de la Catedral mas buscados por niños y adultos que se asombran de semejante elemento puesto en un lugar como lo es este maravilloso templo.

bottom of page